‘Fursonas’ (2016) es el documental hecho por el director y cineasta furry Dominic Rodriguez, cuyo apodo furry es Video. A la venta el 10 de mayo a través de video on demand (streaming o descarga directa), tiene una duración de 81 minutos, y presenta los puntos de vista muy personales sobre la identidad furry, la aceptación de otros, y la interacción con los medios de comunicación, de varias personas entrevistadas del fandom furry (incluyendo la visión del propio autor). Aunque algunos de los puntos de vista expresados pueden considerarse provocadores, de ninguna manera se afirman de forma indiscutible, sino fomentando la discusión en el fandom: ¿Cuál es nuestro siguiente paso con los medios? ¿Cómo deberíamos aplicar la tolerancia o la aceptación? ¿Qué significa realmente ser ‘furry’?

La película es un tipo distinto de largometraje, no es como las películas de dibujos animados. No es sobre animales antropomorfos cucos y alegres. No es una película que enseñas a tus amigos para hacerles saber qué es el furry. Es una discusión sobre el fandom en sí. Se asemeja más a un diálogo abierto grabado, proveniente de miembros intensamente involucrados en el fandom.Todos y cada uno de los adultos que tengan de alguna forma un vínculo emocional con el fandom deberían ver esta película. La película está en inglés, pero el servicio de vídeo Vimeo (enlace⇒) también ofrece subtítulos en alemán, holandés, francés, japonés, y español latinoamericano. Puedes obtener la lista completa de todos los servicios de vídeo que ofrecen la película en su página web (enlace⇒). A continuación, algunas reflexiones sobre los temas que se abordan en la película.
 

El contenido adulto en el documental


Las razones por las que la recomiendo a todos los adultos que participan en el fandom, pero no a menores, son, creo yo, por orden de importancia, tres:
 

  1. El documental muestra abiertamente a gente fumando en un ambiente alegre, como algo divertido e incluso bueno. Se muestra así porque es una representación realista de los furries entrevistados, y a algunos de ellos les gusta fumar mientras discuten de manera relajada. Los hechos son los siguientes:
     

    – Fumar tabaco es la principal causa evitable de muerte en los Estados Unidos (CDC)
    – 1 de cada 4 muertes por cáncer en la Unión Europea son debidas a fumar (EPHA)
    – Fumar es uno de los principales factores en países desarrollados de pérdida de calidad de vida y de menor esperanza de vida
    – La exposición a largo plazo a marihuana afecta al desarrollo normal del cerebro y reduce la capacidad cognitiva (NIH/NIDA)
    – Etc. etc.

    Estos y otros datos permanecen en el conocimiento popular, y los adultos pueden conscientemente decidir si tenerlos en cuenta o no, pero no debería alentarse a los menores a fumar. La gente que me conoce personalmente conoce mi postura firme al respecto. Es la primera vez que publico esta declaración en el sitio web, y quizá no lo mencione otra vez. Pero. Fumar es un grave riesgo para la salud y no debería trivializarse.

  2.  

  3. El documental habla de temas serios que los niños no entenderán. Los adolescentes puede que sí. Si la película la miran adolescentes, debería ser en un entorno en el que se fomenta la discusión calmada; de lo contrario perderán el interés.
  4.  

  5. Hay juguetes sexuales en la película. No están glorificados, aparecen tal y como son. Aparecen con el propósito de incitar a la discusión sobre si el material relacionado con el sexo, o temática sexual, debería hablarse abiertamente o enseñarse en los medios o a asistentes de convenciones. Puede que no sea adecuado mostrar los juguetes sexuales a niños. Sin embargo, los juguetes sexuales no matan a gente. Fumar sí.
  6.  

Qué es ser furry


Video decide entrevistar sólo a furries fursuiters (que acceden). Podría considerarse una decisión equivocada; la gran mayoría de furries no son fursuiters. Video explica esta decisión en una entrevista en Glamour: “No todos tienen un fursuit, así que era importante hablar con gente con fursuits. Eso muestra dedicación por la comunidad.” (enlace⇒) Podría decirse que hay gente todavía más dedicada al fandom que nunca han tenido o usado un fursuit, más que cualquiera de los entrevistados en la película. Podríamos empezar por nombrar a administradores de las principales páginas web, y luego continuar la lista con escritores, artistas, gestores de convenciones, y así sucesivamente. Esto es, sin embargo, una queja menor que espero que no desvíe la discusión de los temas del documental. El fursuiting como algo llamativo es algo que se muestra principalmente sólo en la primera media hora del documental, dando paso a temas más importantes.

Y un tema que se aborda, son las declaraciones hechas por los entrevistados sobre cómo pertenecen al fandom. Boomer the Dog es el mayor competidor contra la definición habitual de furry. Como todos sabemos, el fandom furry se define comúnmente como una subcultura / grupo / movimiento cultural centrado en la antropomorfia animal, ya sea en representaciones pictóricas, literatura, letras de canciones, películas, role-play, etc.
 

Boomer es una persona que se enamoró de una serie de televisión de los 80 llamada ‘Aquí está Boomer’, donde un perro callejero viaja por el país ayudando a gente. A partir de entonces, empezó a coleccionar fotografías de perros, a ladrar como un perro, y a vestir como perro. Se siente un perro de verdad en su interior. Personalmente, lo que creo que es su logro más sorprendente, es que su ‘fursuit’ cuesta poco más de 7 dólares americanos; eso tiene que ser la mejor relación calidad-precio que he visto jamás en un ‘fursuit’ (sólo compitiendo quizá con los ‘frankensuits’ de la ConFuzzled). De todos modos, cualquier cosa que se enseña de Boomer le muestra estrechamente identificándose con perros de verdad, no con perros antropomorfos ficticios. Y esto soy yo hablando: el furry fandom no se trata de eso, en general. Por lo tanto, que Boomer salga en televisión hablando de sí mismo como furry, como pasó (ganando el odio de muchos furries en la comunidad), da una imagen distorsionada al público general de lo que el fandom furry es de verdad. El furry no trata de sentirse como un perro, o de querer a los perros. Varias estadísticas recogidas por furries sobre prácticas y creencias generales pueden probar esto.

Sin embargo, ¿debería ser así? Desde un punto de vista descriptivo, las preferencias de Boomer no son furries, son animaloides, salvajes. Desde un punto de vista prescriptivo, no sé si debería decir categóricamente que no deberían ser furry. El furry ha evolucionado a lo largo de las décadas. Como señalan los entrevistados, algunos furries creen que el fandom debería ser sobre expresarse uno mismo, ser lo que uno quiere ser y hacer lo que uno quiere hacer, más allá de fronteras o hábitos comunes. El furry fandom se enorgullece de ser más acogedor con una amplia diversidad de personas (mientras que a la vez, en algún momento, critica a miembros).

Para mí, la manifestación más clara de la voluntad auténticamente bienintencionada del fandom de querer acoger y aceptar, es la dificultad de Nuka / Dr. Courtney Plante por definir objetivamente el furry desde un punto de vista sociológico. Él y su equipo de la IARP han tenido dificultades para definir qué es una persona furry en sus estudios científicos (para así luego señalar qué es lo que los furries disfrutan haciendo o cómo se comportan). ¡Hay muchas personas diferentes en el fandom! Así pues, lo que escogieron en última instancia como definición es: ¡un furry es cualquier persona que se identifica como tal!
 

En una charla de la Texas Furry Fiesta, Nuka menciona que, entre las cientos de fursonas diferentes que ha registrado en sus estudios, hay algunas que se identifican con la especie pastelería. ¿Cómo es eso siquiera un poco furry? PrGuitarMan, el creador del Nyan Cat (una mezcla de gato y tarta-galleta, pop tart) y probablemente la persona más famosa relacionada a la vez con el furry y la ‘pastelería’, tiene un perfil en FurAffinity. Y sin embargo, la mayoría de su arte o intereses no son auténticamente animal-antropomorfia. Los editores de la WikiFur lo describen como un pseudofurry, “alguien que está en el fandom furry, pero que no se acaban de considerar propiamente del todo ‘furries'”. Si pasara que llegara a considerarse un furry, y decidiera aparecer en televisión nacional para hablar de lo que le gusta tal como es (llamándolo furry), ¿habría la misma indignación contra él que hubo cuando Boomer the Dog apareció hablando en televisión? ¡No lo creo! Puesto que los memes y dibujos de PrGuitarMan son muy chulos, populares, y difícilmente desagradables, no creo que habría enfurecimiento en la comunidad. Que sus gustos fueran una representación fidedigna de lo que es el fandom, o si es de verdad un furry o no, no sería una disputa alarmante.

Así que si la verdadera cuestión no es si la gente está representando fidedignamente al fandom cuando hablan a los medios, hablando de que si este u este otro gusto suyo es furry, ¿cuál es el problema? ¿Qué tienen los furries contra gente como Boomer the Dog, o Chew Fox? La cuestión es, si son perturbadores. Horripilantes. Si no despiertan simpatía. ¿Y quién decide eso? Una cosa sería que actúan de forma moralmente objetable. Pero el sexo no es moralmente objetable, sea en fursuit, sin fursuit, o a lo chimpancé en un columpio sexual. Tener una pasión enormemente arraigada por los perros o identificarse como perro tampoco es moralmente objetable. Es sólo inusual.

Por tanto, ¿por qué deberíamos censurarnos a nosotros mismos? ¿O censurar a otros que desean pertenecer a nuestro fandom, ya que no compartimos con ellos sus preferencias particulares o gustos o su visión de la vida? La respuesta es, debemos hacer esto porque el fandom furry es un fandom estigmatizado por la cultura popular. Hay repercusiones visibles a este hecho, en la película: un entrevistado furry, Diezel, perdió su trabajo porque a su jefe no le gustó lo que oyó o leyó en internet sobre los furries. Nosotros los furries no lo tenemos tan fácil como los fans del fútbol, u otros fans, que pueden mostrar al mundo entero su pasión por lo que les gusta, sin rechazo o desprecio por el resto de la sociedad. Y sin embargo anhelamos comprensión y aprobación. ¡Como cualquier otro grupo social! La gente se siente feliz y bien cuando no tienen que ser cautelosos y esconder sus pasiones en la vida. Así que cuando nos mostramos como furries, mostramos la cara del fandom más agradable y aceptable. Y eso inevitablemente lleva a excluir a algunos, a marginalizarlos. Contra algo que es casi tan importante para el fandom, o a veces incluso más importante para el fandom, que la antropomorfia animal: el fuerte sentimiento de comunidad y amistad que nos hace el fandom que somos.

La exclusión, la censura, o el rencor, no son una carga que nos hemos impuesto nosotros mismos por voluntad propia. Es en gran parte por la voluntad de la sociedad en general y de los medios, que estigmatizan innecesariamente al fandom furry, por lo que sentimos que debemos excluir o controlarnos a nosotros mismos. Al ejercer ese control, estamos socavando valores fundamentales del fandom; tratando a otros miembros, o tratándonos a nosotros mismos, como no queremos que nos trate la sociedad.
 

Los medios de comunicación, Uncle Kage, y las políticas del Anthrocon


El furry fandom todavía no es un fandom establecido en la sociedad general, pero ha crecido enormemente en las últimas dos décadas. Algo que me pasó la semana pasada, que para mi fue absolutamente inesperado, fue encontrarme con alguien (furry) con quien ya me había topado hace casi un año en un evento sin relación alguna con el furry. Para que entendáis las probabilidades de que algo así pase, diré que España tiene una población de unos 46,5 millones de personas, de las cuales unas 510 son furries abiertamente reconocidos. Así que, cuando nos encontramos con alguien aquí, las probabilidades de que ese alguien sea furry son aproximadamente de 1 entre 100.000. Hay un 0,001% de posibilidades de que sea furry. Me quedé sorprendido de que pasara, ¡pero pasó! ¿Cuáles hubieran sido las probabilidades hace 15 o 20 años? Seguramente ni siquiera una cuarta parte de eso.

Hay más gente uniéndose al fandom de lo que ha habido nunca, incluso en contra de la estigmatización que estemos sufriendo o hayamos sufrido. Hasta el punto de que sin duda encontrarás a muchas personas que hacen cosas que no te interesan, o que incluso te desagradan.
 

La postura de Uncle Kage y la política del Anthrocon es restringir fuertemente a los medios, que no documenten la convención como crean más adecuado, e incluso burlarse y despreciar a los furries que les dan motivos para seguir estigmatizándonos. Después de muchos años de tener este enfoque, han conseguido el amor y el respeto de los residentes y los medios de Pittsburgh. De lo que no parecen darse cuenta, o lo que no quieren tener tan en cuenta, es que así están excluyendo a cada vez más gente.

El periodismo y los medios de comunicación también son una pasión para algunos furries. El editor jefe de Flayrah, GreenReaper, quien también es administrador principal de Inkbunny y WikiFur, intentó hace algunos años poner un stand en la Anthrocon para publicitar su sitio web periodístico furry. Su petición de stand fue denegada, supuestamente porque una noticia de prensa que publicó en el pasado tan sólo cuestionaba su política estricta que permite la asistencia. GreenReaper no gana ningún dinero por mantener Flayrah o escribir noticias, es un proyecto enteramente vocacional. Y tampoco gano dinero yo con esto. Creé este sitio web de uso público, Furry Chronicles, porque quiero al fandom, a su cultura y a su gente, y deseo que cualquier persona que pueda estar interesada en el fandom tenga la oportunidad de aprender sobre él y unirse. Soy ahora un periodista furry. Es en este punto que, al cuestionar las acciones de Uncle Kage, temo que pueda de algún modo ser excluido de tomar parte en la Anthrocon como de verdad me gustaría, quizá cubriendo el evento para los furries españoles o del mundo, si alguna vez tuviera la posibilidad. Dominic / Video a día de hoy está baneado de la Anthrocon 2016, probablemente por no aceptar su política sobre medios de comunicación.

Tal vez deberían ser cautelosos con los medios de comunicación en general. Pero aplicar reglas estrictas a los medios furries, como a Video / Dominic, a GreenReaper, o quizá a mí, está perjudicando una forma de vivir el furry legítima, una forma de contribuir a la comunidad.
 

Uncle Kage dice ser un pilar de su comunidad local, y actúa como embajador del furry fandom. No pongo en duda nada de eso. Es un científico doctorado e investigador. Ha trabajado para la FDA (Food & Drug Administration) entre otras instituciones, y ha publicado varios estudios arbitrados. Por si no lo habéis notado en mi entrevista previa con Nuka, si hay algo que me gusta casi tanto como el furry, es la ciencia. Y, es el presidente de la convención furry más grande del mundo, que se ha celebrado anualmente durante 18 años. ¡18 años! ¡Sin duda, debe estar haciendo algo bien!

Pero también, siente que es apropiado llamar públicamente, usando un micrófono, a otro furry, “una jodida puta”. Y afirma, con desprecio ante cámaras, que Boomer the Dog es una persona que está loca. Aunque estos u otros comentarios similares son algo que podría hacer en la privacidad de mi hogar (sobre gente que no me cae bien), ser grabado a propósito por cámaras diciendo estas cosas sobre otros que amistosamente desean ser parte del fandom, es descorazonador. No da una buena imagen del fandom furry.

Además, bebe demasiado alcohol. Es cierto que no toma bebidas destiladas, bebe vino, que es algo mejor porque es uva fermentada. Pero el etanol es igualmente tóxico; el consumo de alcohol es la principal causa de morbilidad en muchos países, y una de las drogas de las que más se abusa en el mundo, causando muchas más muertes y sufrimiento personal que fumar marihuana. Le gusta embriagarse. A menudo hace sus monólogos o charlas con un vaso de vino, o una botella o dos, en sus manos. Eso es algo que respeto, sigue siendo una persona funcional; eso es lo que le gusta, es adulto y puede escoger. Que sea como quiera. Aun así, no es una característica de alguien que describiría como moralmente por encima de los demás, o por encima de la mayoría de furries. No es un tipo de comportamiento que mostraría felizmente a mis hijos, si algún día tengo hijos. De hecho me preocuparía más mostrar abuso de alcohol a los niños, que mostrarles juguetes sexuales. Los juguetes sexuales no matan a gente. El alcohol sí.
 

Una conclusión


Por lo tanto, como fandom, ¿qué deberíamos hacer al respecto, con todo esto? Me gustaría tener una respuesta firme. Me gustaría tener la mente tan clara al respecto como Uncle Kage muestra en el documental. “Usa cloroformo en la gente desagradable cuando las cámaras salgan a grabar”. Pero no creo que la pregunta “¿Cómo deberíamos abordar la tolerancia en el fandom?” tenga una respuesta fácil, o que sea un problema fácil de solucionar. Invitar a participar a cualquiera, a todo el mundo, quizá no es lo mejor. Conscientemente aislar a otros, condenarlos al ostracismo, tampoco creo que sea un buen enfoque, a menos que tengan intención criminal (o algo por el estilo).

Sí conozco algo que mejorará la comunidad, sin embargo. Y eso es, tratar a los demás que quieren participar en el fandom con respeto. Fortalecer el sentimiento de comunidad no con multitudes enfadadas, o con actitudes de desprecio hacia otros furries, sino a través del intercambio genuinamente bienintencionado. El documental de Dominic no es sobre nosotros versus ellos. El documental es sobre nosotros versus nosotros.
 
 

Quiero agradecer personalmente a Dominic que haya creado el documental; y quiero agradecer a cada furry entrevistado que hayan contribuido al proyecto.
 
 

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