El otro día salí del ascensor para encontrarme con uno parado afuera, mirando por las ventanas. Pude ver que la pobre criatura estaba angustiada, tratando de comprender lo que ocurría. Golpeé el cristal para llamar su atención. ¡El pobre buscó de inmediato su dispositivo de escapismo! (Creo que los llaman “móviles”).

Quería aprender más sobre los humanos, así que salí y lo seguí. A pocas calles de distancia la criatura entró en un edificio. Dentro había cientos de humanos sentados en pequeñas habitaciones cuadradas con grandes pantallas frente a ellos. Entonces me di cuenta. ¡Este debe ser el hábitat natural de estas misteriosas criaturas! Inmediatamente entendí por qué siempre parecen haber descubierto una tierra distante cuando nos ven. Estos pobres seres viven su vida en cautiverio. Lo que más me llamó la atención es que parecen estar completamente de acuerdo con eso. Me genera la duda de qué podrían llegar a conseguir si los liberáramos.

 

 

Artículo de Rythm publicado en NordicFuzzCon’s “What the Fuzz?!” 2020, Issue #4

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